Del 9/3/2012 al 13/4/2012
AFCN
Es doctor en Bellas Artes y profesor desde 1990. Profesor Titular de Fotografía en la facultad de Bellas Artes UCM, ha impartido clases y conferencias en diversas universidades públicas y privadas de España y el extranjero, como la Universidad Europea de Madrid, Universidad Alfonso X El Sabio, L´Ècole National Superiéure de la Photographie d´Arles Francia, Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia. Autor de varios libros especializados como Del ruido al arte y La imagen fotográfica entre otros. Aparecen artículos o referencias suyas en artículos de revistas especializadas como: La Fotografía Actual-digital, Arte Fotográfico, Babelia El País, Cultural del ABC, FotoMagazin, etc. Es también miembro fundador del grupo de investigación: Arte, Ciencia y Naturaleza de la UCM en el que sigue participando activamente. Así mismo, se dedica artística y profesionalmente a la fotografía. Cuenta con numerosas exposiciones individuales: PhotoEspaña, FotoEncuentros, FotoNoviembre, y colectivas: Photographers Gallery de Londres, Instituto Cervantes de Rabat, Ingráfica, etc. Su obra está presente en diversas colecciones y museos públicos y privados españoles y extranjeros tales como Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, Colección de fotografía: Géneros y tendencias en los albores del siglo XXI y Colección MIDE (Museo Internacional de Electrografía de Cuenca).
La aparición de nuevos medios siempre conlleva el surgimiento de nuevos lenguajes y nuevas formas de representar el mundo. Muchos de estos lenguajes tienen que ver con el elemento tecnológico y la incorporación de nuevos ruidos de índole mecánica que acaban siendo incorporados al mensaje de forma natural. La aparición de los escáneres en el panorama doméstico hace ya 20 años no supuso, a priori, ninguna revolución estética, pero su posterior desarrollo y abaratamiento ha sido clave para que determinados artistas hayan logrado ver las posibilidades y usos creativos de esta herramienta. Su empleo como instrumento alternativo a la cámara fotográfica tradicional ha supuesto la aparición de nuevas imágenes con características propias. Desde la realización de herbarios o animalarios hasta su utilización en la creación de retratos o paisajes, el escáner y la escanografía han dado un salto cualitativo en el panorama de las técnicas digitales de creación de imagen.
Los trabajos presentados en esta exposición forman parte de tres proyectos distintos: Cuaderno de campo, Herbarium e Historiae naturalis. Todos ellos se ha realizado con un escáner plano, pero cada uno de ellos plantea un discurso diferente entroncado en el ámbito de la naturaleza y su representación.
Cuaderno de campo, del año 2001-2002, es el más antiguo de todos y con el que empecé a experimentar con escáneres y sistemas de iluminación y reflexión para conseguir mis imágenes. Formalmente empleo para su realización el formato tríptico y el mosaico múltiple. En la mayoría de los casos empleo animales vivos que interactúan con el sistema óptico-mecánico provocando la aparición de rastros o huellas electrónicas (ruidos) exclusivas del escáner.
Herbarium surge al final de 2002, en este caso inspirado en los estudios botánicos: los herbarios. La necesidad de catalogar determinados especímenes vegetales de las cercanías de mi casa dio lugar, junto con la utilización del escáner plano, a este proyecto. Inspirado en diversos autores y líneas de investigación propias, Herbarium es un intento de clasificación a la manera de los botánicos de los siglos XVIII y XIX. Por su parte, su copiado sobre materiales del ámbito del grabado nos acerca a la estética del grabado o ilustración científica tradicional dotándole de esa apariencia matérica de la ilustración científica de los primeros investigadores como Mutis, Mociño o Sessé. Este trabajo, por tanto, tiene diversas líneas trabajo e influencias. Por un lado, fotográficas, como son los primeros trabajos de Talbot o Anna Atkins; por otro, provenientes de la fascinación de la ilustración científica como los tratados botánicos de Apuleyo, Plinio el Viejo o Gart der Gesundheit entre otros.
Historiae naturalis del año 2007 y aun en proceso de realización en la actualidad, utiliza para su realización animales disecados del siglo XIX en su mayor parte del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC). La taxidermia como método de preservación en el tiempo de animales muertos tiene una doble lectura. Por un lado, la paralización del tiempo que va degradando a todos los seres vivos hasta su muerte y, por otro, la simbología que acompaña a la taxidermia. Embalsamar la vida, qué paradoja. Al igual que en los bodegones holandeses o españoles del siglo XVIII, estas naturalezas inmóviles se convierten en un pretexto para hablar de las vanitas. También se utilizan para representar animales que suelen ser objetos de repulsión o simplemente de desconocimiento y convertirlos en animales preciosos, aunque inusuales a los ojos de los espectadores, dignos de pertenecer a la colección de un museo.
El embalsamamiento tiene una estrecha relación con la fotografía, ya que ambas embalsaman el tiempo y la vida, en un instante para siempre. El intento de ofrecer un atisbo de vida en la muerte, congelando poses o gestos, vincula íntima y necesariamente la taxidermia con la fotografía. La fotografía embalsamadora plasma seres naturalizados con un doble efecto: dejar en suspenso la muerte a través de la mirada de lo fotografiado y conseguir una visión eterna de las vidas efímeras de los seres vivos mediante la representación de “naturalezas muertas”, al fin y al cabo en ambos casos vanitas.